En el panorama digital peruano, el analista de riesgos en ciberseguridad combate el secretismo organizacional, identificando y gestionando amenazas ocultas para fomentar transparencia. Su labor esencial une estrategia y operaciones, evaluando impactos en sistemas y proponiendo soluciones como protocolos avanzados y simulaciones de ataques, según estudios de Deloitte y PwC. Lidia contra directivos reacios y equipos operativos, enfocándose solo en mitigar riesgos sin operaciones diarias. Alineado con regulaciones como la Estrategia Nacional de Ciberseguridad y normas SBS, transforma vulnerabilidades en resiliencia competitiva. Este contenido surge de una amplia tertulia con CISOs y AS.
El Rol Estratégico del Analista de Riesgos en Ciberseguridad en el Perú: Entre la Transparencia y la Gestión Activa
En el Perú, el analista de riesgos en ciberseguridad combate el secretismo para identificar y gestionar proactivamente amenazas, propone soluciones innovadoras y se ajusta a regulaciones gubernamentales, fortaleciendo la resiliencia organizacional y alineada con prácticas globales recomendadas por Deloitte y PwC.
(americasistemas.com.pe. Lima, Perú – 03 de diciembre 2025) En el contexto local, el analista de riesgos en ciberseguridad juega un papel crucial que va más allá de identificar o «contar» riesgos; su función principal es gestionar preventivamente las vulnerabilidades en sistemas, infraestructura y datos sensibles para proteger a la organización frente a ciberamenazas crecientes. Además, debe enfrentar la cultura del secretismo dentro de las organizaciones, que dificulta compartir información vital de incidentes por miedo a sanciones o impactos reputacionales. Este secretismo puede provenir de directivos reacciones a la transparencia, equipos lentos para reportar vulnerabilidades y proveedores que ocultan riesgos, lo que ocasiona brechas y ataques potenciales. El analista se convierte en un puente entre la estrategia y la operación para garantizar una seguridad proactiva y basada en datos.
Las soluciones que propone el analista no se limitan a alertas, sino que incluyen mitigación activa, como diversificación de protocolos de seguridad, uso de controles robustos, simulaciones de ataques y planes de respuesta a incidentes alineados con tendencias globales que enfatizan el uso de inteligencia artificial y analítica para detección temprana y adaptación continua. Su labor es gestionar el riesgo, sin involucrarse en operaciones cotidianas, para que la empresa no solo resista, sino innove y mantenga la competitividad en un entorno digital dinámico. La gestión también implica monitoreo continuo, especialmente en ecosistemas interconectados y con terceros, tal como advierten los estudios de Deloitte y PwC sobre resiliencia digital.
El marco normativo peruano refuerza y da sentido a este rol. Leyes y regulaciones como la Ley de Ciberdefensa (Ley Nº 30999) y su reglamento Decreto Supremo 017-2024-PCM establecen obligaciones claras para proteger infraestructura crítica, alineando a las organizaciones con estándares de seguridad nacionales e internacionales. Entidades como la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) exigen cumplimiento en sectores estratégicos con normativas que asignan responsabilidades claras en seguridad de la información y gestión de riesgos, fortaleciendo la función del analista como garantía del cumplimiento y de la cultura organizacional de seguridad.
Así, el analista de riesgos en ciberseguridad peruano emerge como una estrategia clave que desarma barreras internas de secretismo, facilita una gestión integral y basada en datos de los riesgos, y asegura que las soluciones y controles protejan de amenazas actuales y emergentes. Su papel está respaldado por hallazgos de grandes consultoras internacionales que resaltan que la transparencia, la gobernanza clara y el uso de tecnologías avanzadas son imprescindibles para la resiliencia y la generación de valor competitivo en el mundo hiperconectado actual.
