Mientras países como Argentina, Colombia y Brasil ya exportan talento tecnológico mediante el modelo de IT Staff Augmentation, Perú sigue ausente en esta oportunidad clave. No por falta de talento, sino por falta de visión. El país desaprovecha una industria escalable, de alto valor y bajo costo de entrada, que podría generar empleo calificado, divisas y desarrollo social. Preguntamos; por qué no estamos aprovechando nuestro potencial, qué hacen bien otros países, y qué políticas e inversiones necesitamos para dejar de ser solo espectadores en la economía digital global.
Tecnología sin fronteras: el tren que el Perú aún no decide tomar
Mientras América Latina se posiciona en el mapa global como proveedora de talento tecnológico gracias al modelo de IT Staff Augmentation, el Perú sigue ausente en la partida. El modelo se consolida como una potente vía para exportar talento, generar empleo calificado y escalar empresas con rapidez
(americasistemas.com.pe. Lima, Perú – 06 de agosto 2025) No se trata de una carencia de profesionales calificados, sino de visión estratégica, coordinación público-privada y compromiso con el futuro. Esta es una oportunidad concreta para transformar nuestro potencial en desarrollo económico, empleo de calidad y movilidad social. ¿Esperaremos a que otros sigan captando el valor que podríamos estar generando?
Una industria sin chimeneas, pero con enorme valor agregado
En los últimos 10 años, América Latina ha comenzado a demostrar que puede exportar algo más que materias primas: talento digital. Modelos como el IT Staff Augmentation permiten a las empresas globales incorporar de forma ágil y escalable a profesionales especializados en tecnología, sin necesidad de relocalizar operaciones. Es una fórmula que ha dinamizado economías y posicionado a países como Argentina, Colombia o Brasil en el radar tecnológico global.
Empresas como Globant, Stefanini o PSL Corp (hoy parte de Perficient) son prueba viviente de cómo una visión empresarial audaz, respaldada por políticas nacionales activas, puede convertir el capital humano en un bien exportable. Es un modelo de baja inversión en infraestructura, alta escalabilidad y actualización permanente, ideal para economías emergentes. Sin embargo, Perú no ha sido parte de esa ola.
No es una brecha de talento, es una brecha de estrategia
Lo más desconcertante es que no nos falta talento. Ingenieros, programadores, analistas y especialistas peruanos trabajan —cada vez más— para empresas extranjeras desde Lima, Trujillo, Arequipa o Cusco. Lo que falta es una estructura que articule esa capacidad productiva con una visión nacional de crecimiento tecnológico.
Mientras los países vecinos promueven políticas para atraer inversión en tecnología, formalizan acuerdos de exportación de servicios, y posicionan el talento digital como parte de su marca país, en el Perú seguimos viendo el sector como un complemento, no como un motor principal.
El costo de la pasividad: talento que se va y valor que no se queda
Las cifras lo demuestran: cada año, miles de profesionales peruanos se suman a equipos de trabajo en EE. UU., Europa o Asia, ya sea de forma remota o migrando. Muchos de ellos reciben salarios internacionales, pagan impuestos afuera y contribuyen al crecimiento de empresas extranjeras. Ese talento es peruano, pero el valor que genera no se queda en el país.
El verdadero problema es que seguimos esperando que las condiciones “se den solas”, cuando la competencia global no espera. El talento no necesita pasaporte para integrarse a economías digitales más avanzadas. Las oportunidades llegan… pero no para el Perú como nación, sino para quienes se van o son contratados desde fuera.
El idioma es una barrera, pero no un muro
Sí, el inglés es una limitación real. Pero también es una brecha que puede cerrarse con decisión política y empresarial. Incentivos fiscales para empresas que certifiquen a su personal, programas de inglés intensivo integrados a carreras técnicas, y alianzas público-privadas con plataformas de aprendizaje podrían revertir esta desventaja en menos de cinco años. No se trata de recursos, sino de prioridades.
Invertir en inglés es equivalente a abrir las puertas del mercado global a toda una generación. Y es mucho más barato —y más rentable— que subsidiar sectores de bajo impacto o seguir apostando únicamente por industrias extractivas.
Un Estado que aún no entiende el código
En lugar de impulsar con fuerza un ecosistema de servicios tecnológicos, el Estado peruano sigue ofreciendo incentivos desfasados: formularios para ferias genéricas, charlas de exportación tradicional y estrategias que parecen pensadas para contenedores, no para código. La velocidad con la que avanza la industria TI demanda una institucionalidad más ágil, moderna y técnica.
Mientras Colombia promueve hubs regionales de servicios digitales, Chile ofrece beneficios tributarios para empresas que exportan software, y Argentina posiciona a sus empresas tech en las grandes ligas, Perú no tiene siquiera un programa nacional ambicioso que impulse el talento digital hacia el exterior.
El empresariado nacional sigue anclado en lo de siempre
La otra gran omisión es del sector privado. Los grandes conglomerados siguen invirtiendo en minería, agroindustria o construcción —actividades relevantes, sí, pero intensivas en recursos y limitadas en crecimiento escalable—. La tecnología, aunque la consumen, no la promueven como negocio exportador.
En lugar de invertir en startups tecnológicas o impulsar modelos de servicios como el Staff Augmentation, muchos siguen viendo el software como un gasto operativo, no como una oportunidad de liderazgo regional y creación de riqueza sin precedentes.
Perú tiene la oportunidad de convertirse en un hub regional
Hay un modelo que ya funciona. El talento está presente. La tecnología está disponible. Lo que falta es una alianza entre el Estado, la academia, y el sector privado que entienda el potencial transformador de esta industria. En menos de un año, una empresa peruana bien financiada y estratégicamente conectada podría estar exportando talento TI al mundo.
Apostar por el Staff Augmentation no solo generará divisas o reputación internacional. Puede cambiar la vida de miles de jóvenes profesionales, abrir mercados, y hacer que el Perú sea finalmente parte activa de la economía digital global. El futuro no se espera. Se construye.

Un comentario
Excelente artículo que sacude al sector privado y público.