Un escándalo que va más allá de la “viveza empresarial”: empresas están ganando concursos públicos para llevar conectividad a zonas alejadas del Perú con soluciones técnicas que no cumplen lo ofrecido. Lo más grave: funcionarios de PRONATEL lo saben y no hacen nada por impedirlo, tolerando el uso de servicios satelitales inadecuados incluso donde ya hay fibra óptica. El resultado es un servicio deficiente, desperdicio de fondos públicos y un silencio institucional que huele a complicidad. Hay una cadena de irresponsabilidades y se plantea acciones urgentes para frenar un daño que afecta directamente a los más vulnerables del país.
Conectividad engañosa: El fraude silencioso en zonas alejadas del Perú
Empresas ganan licitaciones estatales para llevar conectividad a zonas alejadas del Perú con soluciones técnicas que no cumplen lo prometido. Pero lo más grave es que funcionarios de PRONATEL conocen el problema… y no hacen nada. La nota revela un esquema que perjudica a comunidades vulnerables, derrocha fondos públicos y siembra dudas sobre la transparencia institucional.
(americasistemas.com.pe. Lima, Perú – 09 de julio 2025) Desde hace años, el Estado peruano impulsa concursos para conectar digitalmente zonas rurales y aisladas. Proyectos liderados por PRONATEL buscan instalar centros de atención digital que requieren enlaces de Internet dedicados, es decir, con capacidad garantizada (por ejemplo, 40 Mbps estables y simétricos).
Sin embargo, algunas empresas postulan y ganan ofreciendo lo que no pueden cumplir: usan tecnología satelital (como Starlink) que no está diseñada para brindar enlaces dedicados, sino servicios residenciales de mejor esfuerzo. El resultado: velocidades variables, conexiones inestables y centros digitales prácticamente inútiles.
El fraude silencioso: ganar sabiendo que no se cumplirá
La práctica se repite con frecuencia: la empresa presenta una propuesta técnica “válida” en el papel, pero implementa una solución más barata que no cumple las condiciones técnicas mínimas. Cuando se detecta el incumplimiento, aceptan la penalidad contractual —limitada al 10% del contrato— y siguen operando, sin que el contrato se anule ni se mejore el servicio.
Lo más alarmante: PRONATEL está al tanto de esta situación desde el inicio. Ha recibido informes, alertas y reclamos técnicos, pero no toma acciones correctivas ni exige responsabilidades reales. Para muchos, este silencio institucional huele a complicidad.
La “viveza empresarial” avalada por el Estado
En muchos casos, se implementan soluciones satelitales incluso en zonas donde ya existe infraestructura de fibra óptica o microondas. ¿Por qué se acepta eso? Porque es más barato para la empresa y más fácil de montar. ¿Y el resultado? Pésimo. Servicios intermitentes, velocidades que no cumplen y usuarios frustrados.
La lógica de algunos funcionarios parece ser: “con que haya algo, basta”. Pero esa visión desvirtúa el objetivo del proyecto, derrocha recursos públicos y sabotea la verdadera inclusión digital del país.
¿Colusión o negligencia?
Fuentes técnicas y operadores del sector aseguran que PRONATEL no solo sabe lo que ocurre, sino que omite voluntariamente intervenir, a pesar de contar con mecanismos de control y supervisión. ¿Por qué no actúa? ¿Por qué permite que se repita esta práctica en múltiples regiones? La sospecha de colusión comienza a tomar forma. O, en el mejor de los casos, se trata de una grave negligencia funcional que debería investigarse.
¿Qué hacer para detener este abuso?
- Exigir auditorías externas e independientes sobre los contratos actuales y la calidad del servicio instalado.
2. Reformar los procesos de licitación, asegurando validaciones técnicas previas con pruebas reales.
3. Aplicar sanciones más severas, que vayan más allá de simples multas y que incluyan inhabilitación para futuras contrataciones.
4. Denunciar y sancionar a los funcionarios que hayan sido omisos o cómplices.
5. Promover el uso de tecnologías apropiadas para cada zona, priorizando calidad, continuidad y sostenibilidad del servicio.
Este no es solo un caso de “viveza empresarial”. Es un problema estructural donde la permisividad institucional perpetúa el engaño. Mientras tanto, miles de peruanos en las zonas más alejadas siguen esperando conectividad real, mientras reciben solo promesas vacías. Es hora de que el Estado mire de frente este problema y actúe. El silencio de PRONATEL ya no es una omisión: es parte del problema. Duro decirlo, pero es la verdad, amigos lectores.
Un comentario
No crear mas instituciones que solo sirve para dar empleo a los amigos de los gobiernos de turno, que al final no hacen ninguna labor.
Se debe crear una web donde se exponga toda la informacion desde la convocatoria, características técnicas, métodos usados y ganador, incluyendo el costo.
tambien una forma de verificar la calidad del servicio.
Esto expuesto a todos los interesados, será difícil estafar al Estado.