El Perú ha logrado un registro ciudadano casi total con el DNI, pieza clave para la inclusión financiera y participación electoral. Sin embargo, el nuevo eDNI 3.0 enfrenta serios cuestionamientos: fallas técnicas, uso indebido para afiliaciones políticas no consentidas y falta de transparencia institucional. Mientras el Estado promueve la transformación digital, crece la preocupación por la seguridad y confiabilidad del documento. Este reportaje examina los riesgos, las omisiones del RENIEC y la urgencia de una estrategia tecnológica coherente. La confianza digital debe ser prioridad nacional, porque sin identidad segura, no hay ciudadanía plena ni democracia confiable.
eDNI 3.0: ¿Identidad Digital o Riesgo Nacional?
La batalla cultural tecnológica que comenzamos hace algunas ediciones es para mejorar y democratizar al país, este reportaje no podía pasar desapercibido.
(americasistemas.com.pe. Lima, Perú – 28 de mayo 2025) El Perú ha sido históricamente reconocido por su amplio registro ciudadano: más del 99% de peruanos posee un Documento Nacional de Identidad (DNI). Esta herramienta no solo permite ejercer derechos civiles y políticos, sino que en los últimos años se ha vuelto el eje de inclusión financiera, acceso a servicios estatales y, en tiempos de digitalización acelerada, se ha convertido en la llave de nuestra vida digital.
Sin embargo, una serie de recientes acontecimientos han puesto en jaque la confianza ciudadana en la versión electrónica de este documento, el eDNI 3.0. Mientras el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC) promueve las bondades de este avance —que incluye la firma digital y mayor seguridad—, la realidad muestra otra cara: denuncias de suplantación de identidad para afiliación política no consentida, fallas técnicas en la emisión, y un preocupante silencio institucional frente a estas irregularidades.
La paradoja digital: de la bancarización al fraude político
En un país donde apenas el 35% de la población está bancarizada, aplicaciones como Yape y Plin han popularizado el uso del eDNI como documento validante. Pero ¿qué ocurre cuando ese mismo documento es utilizado para afiliar ciudadanos a partidos políticos sin su consentimiento? ¿Cómo es posible que firmas falsificadas sean validadas por el sistema estatal?
Estas preguntas cobran relevancia cuando se conoce que existen “fábricas de firmas” que operan como servicios tercerizados, facilitando la inscripción irregular de partidos ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) y la ONPE. El escándalo, revelado hace solo unas semanas por diversos medios, sacó a la luz la fragilidad de nuestros sistemas de verificación.
¿Dónde votará el papa?
La ironía también tiene espacio en esta historia. El politólogo Alfredo Torres escribía en Perú21 que incluso el “papa León XIV podría votar desde El Vaticano si sacara su eDNI”. Una frase provocadora que encierra una verdad crítica: el voto de los peruanos en el extranjero podría cambiar el destino de nuestras elecciones.
En los comicios de 2021, menos del 40% de los casi un millón de peruanos con DNI registrado en el extranjero acudió a votar. Según Torres, si la participación hubiese sido del 67%, el resultado de la segunda vuelta habría sido distinto. Esto resalta la urgencia de un sistema de identidad digital robusto y confiable, especialmente en contextos electorales tan disputados.
Las fallas del eDNI 3.0: ¿Quién responde?
RENIEC anunció con orgullo la emisión de más de 65,000 nuevos eDNI, pero la verdad es otra: apenas se han entregado 10,000. ¿La razón? Fallas críticas en la inyección de certificados de firma digital, lo que impide a muchos ciudadanos completar el proceso de identificación.
Esto plantea serias interrogantes sobre la gobernanza tecnológica del Estado:
¿Existe un plan estratégico de tecnología a largo plazo que garantice continuidad institucional en RENIEC?
¿Por qué hay una diversidad tan marcada de impresoras especializadas que dificulta la descentralización del servicio?
¿Tiene sentido estandarizar la tarjeta de policarbonato si los problemas se originan en los procedimientos y no en el material?
Confianza digital: una tarea pendiente
La Secretaría de Gobierno y Transformación Digital, responsable de la estrategia de confianza digital en el país, también debe rendir cuentas. La ciudadanía necesita respuestas y garantías. No se trata solo de un documento: se trata de la piedra angular de nuestra democracia digital.
Desde esta trinchera, como periodistas y ciudadanos, exigimos que el eDNI no sea una herramienta de exclusión o fraude, sino una verdadera garantía de identidad confiable para todos los peruanos.
